Demencia: consejos para los cuidadores
Cuando un ser querido tiene demencia, es normal querer hacer todo lo posible para ayudarlo. Sin embargo, no podrá cuidar bien de alguien si no se cuida a usted mismo. Asegúrese de tomarse descansos cuando los necesite. No se trata de egoísmo. Por el contrario, es algo fundamental. Reúnase con amigos. Aliméntese bien. Y asegúrese de ir a su propio médico para hacerse controles regulares. Lo más importante: acepte que usted no puede hacer todo solo.
Dedíquese tiempo para usted
Es fundamental que se tome un recreo de su papel de cuidador de vez en cuando. Quizás al principio le parezca que es algo incorrecto. Pero incluso las actividades simples pueden ayudarlo a aliviar el estrés y mantenerlo animado. Pruebe realizar lo siguiente:
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Vaya al cine o a un concierto.
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Vaya al gimnasio.
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Reúnase a comer con sus amigos.
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Dé un paseo.
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Lea un libro o escriba en un diario.
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Tenga un pasatiempo.
Hable con otra personas
Por lo general, hablar con otras personas puede ayudarlo a aliviar el estrés. A veces, solo necesita a un amigo o familiar que lo escuche. Otras veces, es posible que quiera hablar con un profesional en quien confíe. Puede ser un consejero, un trabajador social, un sacerdote o un profesional en psicología. Otra gran opción es unirse a un grupo de apoyo local para cuidadores. Unirse a un grupo de apoyo puede ayudarlo a sentir que no está solo. También es reconfortante compartir pensamientos e ideas con otras personas que están pasando por lo mismo que usted.
Obtenga ayuda temporal
No siempre es fácil encontrar tiempo libre. Pero sí tiene opciones para la atención de relevo (ayuda temporal). Recurra al apoyo de familiares y amigos. Acepte la ayuda que le ofrezcan. Recuerde que las personas que se preocupan por usted y por su ser querido desean ayudarlo. Pruebe con los siguientes consejos:
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Pídale a un amigo que pase la noche con su ser querido.
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Contrate a un trabajador de atención médica a domicilio para descansar de manera regular.
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Consulte con el centro comunitario de su vecindario. Es posible que puedan recomendarle programas diurnos para adultos.
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Pídale a su familia o amigos que lo ayuden con las compras o con la comida una vez a la semana.
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Comuníquese con las agencias de apoyo locales o con un trabajador social para obtener recomendaciones sobre la atención de relevo.
Acepte sus emociones
El estrés de ser cuidador puede parecer abrumador a veces. Puede sentirse frustrado, triste o resentido. Esto no es un signo de que está haciendo algo mal. Es completamente normal. Así que acepte estas emociones a medida que las experimente. Sin embargo, si se siente desesperanzado, cansado, triste o culpable la mayor parte del tiempo, hable con su proveedor de atención médica. Estos sentimientos pueden ser signos de depresión, que pueden y deben tratarse.
Sepa cuándo hacer un cambio
Puede llegar el momento en que ya no pueda cuidar a su ser querido de manera segura. Quizás su ser querido requiera más supervisión. O bien, es posible que le resulte demasiado difícil hacer frente al estrés diario del cuidado. Sin importar el motivo, está bien hacer un cambio. No significa que haya fallado. Cambiar la situación puede ser lo mejor para todos. Aún podrá pasar mucho tiempo de calidad con su ser querido.
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