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Suplementos minerales y vitamínicos

Para vivir, necesitamos vitaminas. También necesitamos determinados minerales. Estas sustancias se encuentran en los alimentos de manera natural. Ayudan a que el cuerpo crezca y funcione de manera correcta. A veces, incorporar más vitaminas y minerales en la alimentación puede ser un gran incentivo para el cuerpo. Sin embargo, los suplementos por sí solos no aportan todo lo que necesita para mantenerse saludable. Por eso, lo mejor es llevar una alimentación equilibrada.

¿Quiénes pueden necesitar suplementos?

Los suplementos pueden ser beneficiosos para las personas con necesidades nutricionales especiales. Por ejemplo, aquellas personas que comen cantidades pequeñas o tipos limitados de comidas. Si alguno de los siguientes casos corresponde a su situación, es posible que necesite tomar suplementos:

  • No suele tener una alimentación equilibrada. Una alimentación equilibrada incluye frutas y verduras. Incluye lácteos, productos derivados de granos y fibra. Contiene alimentos ricos en proteína, como carnes de res, huevos y frijoles.

  • Está embarazada o amantando.

  • Su alimentación es vegetariana o vegana.

  • Suele tener una alimentación de menos de 1600 calorías.

  • No puede comer determinados tipos de alimentos.

  • Tiene más de 50 años.

  • Tiene problemas dentales o de salud que limitan su alimentación.

  • No tiene una buena salud en general.

  • Está recuperándose de una enfermedad o lesión.

  • Toma medicamentos que pueden reducir la concentración de determinadas vitaminas y minerales.

  • Tiene una afección de salud crónica que puede reducir la concentración de determinadas vitaminas o minerales.

Hable con el proveedor de atención médica

La necesidad de vitaminas y minerales es diferente para cada persona. Consulte al proveedor cuáles son los suplementos y las dosis adecuadas para usted. Informe los suplementos que toma a todos los proveedores de atención médica que consulte. El fabricante sugiere el tamaño de la porción, pero es probable que el proveedor de atención médica le indique una dosis diferente más adecuada para usted.

Asegúrese de saber los riesgos asociados a los suplementos vitamínicos y minerales. Hable con el proveedor de atención médica o con el farmacéutico para obtener información.

Si toma suplementos

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por su sigla en inglés) no pone a prueba la calidad de los suplementos. Por eso, elija aquellos suplementos cuya calidad se haya testeado por entidades independientes. Estos tendrán un sello de aprobación de alguna de las siguientes entidades:

  • U.S. Pharmacopeia

  • ConsumerLab.com

  • NSF International

Con estos sellos, no se garantiza que el producto sea seguro o efectivo. Pero sí se garantiza que contiene los ingredientes que se detallan en la etiqueta. Estas entidades se aseguran de que el producto no contenga contaminantes.

Si toma suplementos, asegúrese de hacer lo siguiente:

  • Lea las etiquetas con atención. Sepa qué vitaminas y minerales contiene el producto.

  • Asegúrese de que el producto no venza pronto.

  • Guarde los suplementos en un lugar fresco y seco. Asegúrese de que no queden expuestos al sol ni al calor.

  • Tome los suplementos junto con las comidas o antes de dormir. Esto ayuda a prevenir las náuseas.

  • Puede mantener un registro completo de los medicamentos y suplementos dietéticos que tome. De cada producto, anote el nombre, el fabricante, la dosis que toma, la frecuencia en que la toma y el motivo por el cual lo hace. Puede compartir este registro con los proveedores de atención médica

  • Si tiene programado un procedimiento quirúrgico, informe al proveedor de atención médica sobre todos los suplementos que toma.

Seguir una dieta equilibrada

Las vitaminas y los minerales se encuentran en casi todos los alimentos. Sin embargo, cada alimento tiene una composición única. Intente llevar una alimentación equilibrada para obtener las vitaminas y los minerales de los alimentos que ingiere. Esto incluye todo lo siguiente:

  • Frutas

  • Verduras

  • Granos integrales y productos derivados de granos (arroz, panes, cereales, tortillas)

  • Productos lácteos con bajo contenido de grasas (leche, yogur, queso)

  • Proteínas saludables (frutos secos, frijoles y carnes magras, como carnes de res, ave, pescado)

  • Grasas saludables (pescado, aguacate, frutos secos, semillas, aceite de oliva, de maíz y de girasol)

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