La pubertad precoz (pubertad temprana)
La pubertad es el comienzo del desarrollo sexual. Se denomina pubertad precoz cuando un niño tiene signos de pubertad a una edad temprana. La pubertad temprana comienza antes de los ocho años en las niñas y antes de los nueve años en los niños. A menudo, el primer signo de pubertad en las niñas es el crecimiento de los pechos y, en los niños, el crecimiento de los testículos. (El vello púbico o axilar, el olor corporal o el acné leve suelen ser signos de la producción hormonal de las glándulas suprarrenales. No son signos confiables para determinar el comienzo de la pubertad). La mayoría de los niños que experimentan una pubertad precoz crecen rápido al principio. Sin embargo, también finalizan temprano su crecimiento. Incluso puede ocurrir que no alcancen su altura máxima.
Tipos y causas de la pubertad precoz
Hay 2 tipos de pubertad precoz:
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Dependiente de la gonadotropina. También se conoce como pubertad precoz central y es el tipo más común en niños y niñas. Es consecuencia de la liberación temprana de hormonas del hipotálamo y la hipófisis (llamadas gonadotropinas), que se encuentran en la base del cerebro. Estas hormonas regulan la pubertad y la función sexual.
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Independiente de la gonadotropina. Este es un tipo de desarrollo temprano de características sexuales que no es consecuencia de la liberación de gonadotropinas.
La pubertad precoz puede verse causada por:
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Crecimientos anormales en los ovarios, los testículos, las glándulas suprarrenales, la hipófisis o el cerebro
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Anomalías del sistema nervioso central, especialmente daño cerebral
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Antecedentes familiares de la afección
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Algunos síndromes genéticos poco frecuentes
Anomalías en la tiroides y en las glándulas suprarrenales.
Exposición a sustancias químicas productoras de hormonas en el medio ambiente
En muchos casos, no se puede determinar la causa.
Los síntomas de la pubertad precoz
Los síntomas pueden variar en cada niño. Los síntomas más comunes en las niñas incluyen:
Los síntomas más comunes en los niños incluyen:
Otros síntomas pueden incluir:
Diagnóstico de pubertad precoz
El proveedor de atención médica le hará preguntas sobre la historia clínica de su hijo. Le harán una exploración física. Es posible que le hagan pruebas, como las siguientes:
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Radiografía. Es posible que le tomen una radiografía de la mano y la muñeca izquierdas a su hijo. Esta utiliza una pequeña cantidad de radiación para obtener imágenes de los huesos y otros tejidos. Una radiografía de la mano puede calcular aproximadamente la "edad ósea" de su hijo. En el caso de la pubertad temprana, la edad ósea suele ser más avanzada que la edad real del niño.
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Análisis de sangre. Estas pruebas se pueden hacer para medir algunos niveles hormonales. Entre ellas, se incluyen las gonadotropinas (LH y FSH), la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH, por su sigla en inglés), el estradiol, la testosterona y las hormonas tiroideas.
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Ecografía. Se utilizan ondas de sonido y una computadora para crear imágenes del cuerpo. Pueden realizarse ecografías de la zona pélvica o del abdomen. Se pueden hacer para observar las glándulas suprarrenales y las gónadas (ovarios o testículos).
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Resonancia magnética. Se utilizan imanes grandes y una computadora, sin el uso de rayos X, para crear imágenes de órganos y otros tejidos corporales. Se puede realizar una resonancia magnética del cerebro para detectar las causas posibles de la pubertad temprana.
Tratamiento de la pubertad precoz
El objetivo del tratamiento es detener o demorar la pubertad precoz y sus síntomas. El tratamiento más común se basa en una hormona sintética llamada agonista de la GnRH. Esta puede detener la liberación de hormonas de gonadotropina por parte de la hipófisis. Otros tratamientos dependerán del tipo de pubertad temprana y de la causa, como puede ser un tumor. El proveedor de atención médica de su hijo puede brindarle más información sobre los riesgos y los beneficios potenciales de determinados tratamientos.
Cómo ayudar a su hijo a adaptarse a la pubertad precoz
La pubertad temprana hará que el cuerpo de un niño cambie mucho antes que el de otros niños de su edad. Esto puede hacer que su hijo se sienta incómodo o avergonzado. Pueden ser objeto de burlas por parte de otros niños. Hablar sobre la afección y mejorar su autoestima pueden ayudarlo a enfrentar mejor la situación. Pídale al proveedor de atención médica de su hijo que lo derive a un asesor infantil o un psicólogo infantil matriculado. Ellos podrán enseñarle al niño otras formas de transitar este período de la mejor manera.
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