Si su hijo tiene endocarditis infecciosa (EI)
La endocarditis infecciosa (EI) es una infección del tejido que recubre el corazón o las válvulas del corazón. Antes, se la llamaba endocarditis bacteriana porque la causa más común es una infección por bacterias. La EI puede causar daños graves al corazón. Por eso, se debe tratar de inmediato. Si su hijo tiene algún problema de corazón, consulte con su proveedor de atención médica cómo hacer para prevenir esta infección.
¿Quién corre riesgo de contraer endocarditis infecciosa?
Cualquier niño puede tener EI, pero no es algo muy común. El riesgo es mayor si el niño tiene ciertos problemas de corazón, como los siguientes:
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Una válvula del corazón anormal o dañada.
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Una válvula del corazón que tenía problemas y se cambió por una válvula artificial.
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Ciertos defectos del corazón que están desde el nacimiento (congénitos) y que no se repararon.
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Problemas cardíacos reparados (por 6 meses después de la cirugía, y a veces por más tiempo).
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Antecedentes de endocarditis.
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Una infección importante junto con cualquiera de las situaciones anteriores.
¿Cuáles son las causas de la endocarditis infecciosa?
La EI se produce cuando entran bacterias en el torrente sanguíneo y se adhieren al corazón. Si un niño tiene problema de corazón, es más probable que tenga zonas del corazón que pueden infectarse más fácilmente. Las maneras más comunes en que las bacterias pueden entrar en la sangre son a través de procedimientos médicos y dentales. También pueden entrar en el torrente sanguíneo a través de infecciones en otras partes del cuerpo, en especial si no se las trata de manera oportuna o si el niño tiene un sistema inmunitario débil.
¿Cuáles son los síntomas de la endocarditis infecciosa?
Los síntomas de la EI son diferentes en cada niño y es posible que muchos pacientes no tengan ningún síntoma específico. Los síntomas pueden ser los siguientes:
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Erupción cutánea (sarpullido)
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Cansancio (fatiga)
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Pérdida de peso
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Sangre en la orina
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Dolor en las articulaciones o artritis
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Dolor y molestias en los músculos
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Palpitaciones cardíacas
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Irritabilidad
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Fiebres que aparecen y desaparecen
¿Cómo se diagnostica la endocarditis infecciosa?
Si el médico cree que su hijo tiene EI, es probable que lo deriven a un cardiólogo pediátrico. Este profesional es un médico que se especializa en diagnosticar y tratar problemas del corazón en niños. El médico le hará preguntas sobre la historia clínica de su hijo y sus síntomas. También examinará al niño. Por lo general, también suelen realizarse pruebas, que pueden incluir las siguientes:
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Análisis de sangre. Le tomarán varias muestras de sangre a lo largo de 24 horas, y se revisarán esas muestras para ver si tienen bacterias.
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Ecocardiografía. Se emplean ondas sonoras (de ultrasonido) para crear una imagen del corazón. Así, el médico puede ver si hay signos de infección y problemas con la estructura y el funcionamiento del corazón. Para esto, se pasa una sonda por encima del pecho en la zona donde se ubica el corazón (transtorácica). O bien, se puede pasar una sonda diminuta por el esófago para obtener una vista más cercana del corazón (transesofágica).
¿Cómo se trata la endocarditis infecciosa?
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El tratamiento consiste en antibióticos que se le administrarán por una vía intravenosa. Esto puede llegar a ser necesario por hasta unas 6 semanas, pero depende del tipo de bacteria que está causando la infección y de la ubicación específica de la infección dentro del corazón. El tratamiento se empieza en el hospital, pero se puede terminar en el hospital o en casa. A lo largo del tratamiento, le harán análisis de sangre. Estos permiten asegurarse de que ya no haya infección en el torrente sanguíneo y evaluar los efectos adversos de los antibióticos que se usan.
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En ciertos casos, su hijo podría necesitar cirugía. El médico de su hijo le informará sobre este tratamiento si es necesario.
¿Cómo se previene la endocarditis infecciosa?
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Conozca los signos y los síntomas de la EI. Dígale a su médico de inmediato si cree que el malestar de su hijo puede ser por la EI.
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Enseñe a su hijo a desarrollar buenos hábitos de higiene bucal. Asegúrese de que su hijo se cepille y use hilo dental a diario. También enséñele a lavarse los dientes a horarios regulares.
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Explíquele a los proveedores de atención médica de su hijo que este tiene riesgo de tener EI. Es posible que su hijo necesite tomar antibióticos antes y después de ciertos tratamientos médicos u odontológicos. Eso ayuda a reducir el riesgo de infección.
Cuándo debe llamar al proveedor de atención médica de su hijo
A menos que le indique lo contrario, llame al proveedor de atención médica de su hijo si el niño tiene alguno de estos síntomas:
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Su hijo tiene fiebre (consulte “La fiebre y los niños”, a continuación).
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Su bebé está molesto o llora y usted no puede calmarlo.
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Su hijo tiene fiebre que aparece y desaparece.
Además, llame al proveedor de atención médica de su hijo si presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
La fiebre y los niños
Use siempre un termómetro digital para tomar la temperatura de su hijo. Nunca use un termómetro de mercurio.
En el caso de bebés y niños pequeños, asegúrese de usar correctamente el termómetro rectal. Un termómetro rectal puede hacer un orificio (perforar) accidentalmente en el recto. También puede transmitir microbios de las heces. Siga siempre las instrucciones del fabricante del producto para usarlo adecuadamente. Si no se siente cómodo midiendo la temperatura rectal, use otro método. Cuando hable con el proveedor de atención médica de su hijo, infórmele qué método usó para tomar la temperatura del niño.
A continuación, se presentan algunas pautas relacionadas con la temperatura de la fiebre. La temperatura tomada en el oído no es precisa antes de los 6 meses de edad. No tome la temperatura por boca hasta que su hijo tenga, por lo menos, 4 años de edad.
Bebé menor de 3 meses:
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Pregúntele al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomar la temperatura.
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Temperatura en el recto o en la frente (arteria temporal) de 100,4 °F (38 °C) o más alta, o según le haya indicado el proveedor
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Temperatura en la axila de 99 °F (37,2 °C) o más alta, o según lo que le haya indicado su proveedor
Bebé o niño pequeño de 3 a 36 meses:
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Temperatura en el recto, en la frente (arteria temporal), o en el oído de 102 °F (38,9 °C) o más alta, o según lo que le haya indicado su proveedor
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Temperatura en la axila de 101 °F (38,3 °C) o más alta, o según lo que le haya indicado su proveedor
Niño de cualquier edad:
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Picos de fiebre repetidos de 104 °F (40 °C) o más alta, o según le haya indicado el proveedor
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Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años Fiebre que dura 3 días en un niño de 2 años o mayor
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