Cómo ayudar a su hijo a que mantenga un peso saludable
Al igual que cualquier padre, desea que su hijo crezca sano y feliz. Pero, para muchos niños, el aumento excesivo de peso es un problema grave. Tener sobrepeso puede producir problemas de salud graves para toda la vida, como la diabetes. También puede afectar la autoestima del niño, causar depresión y ansiedad y aislamiento y acoso por parte de otros niños. Lo bueno es que puede hacer muchas cosas para ayudarlo. Incluso si su hijo no está teniendo problemas de peso, sigue siendo un excelente momento para enseñarle hábitos saludables que durarán toda la vida.
¿Qué causa un peso excesivo?
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No hacer actividad física suficiente. Los niños de entre 3 y 5 años deben estar activos físicamente durante el día. Los niños de entre 6 y 17 años necesitan unos 60 minutos de actividad física por día. No es necesario que suceda de una sola vez. Varios lapsos breves de actividad a lo largo del día son igual de beneficiosos. Pueden ser períodos de 10 minutos. O incluso períodos de 5 minutos. Si su hijo no está acostumbrado a hacer actividad física, aliéntelo a que comience con lo que pueda. Puede aumentar gradualmente hasta llegar a 60 minutos por día.
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Pasar mucho tiempo frente a una pantalla o la falta de movimiento. Ver televisión, jugar videojuegos y conectarse a Internet puede impedir que los niños hagan la actividad física que necesitan para mantenerse saludables. Desde la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por su sigla en inglés), no se recomienda que los niños de entre 18 y 24 meses pasen tiempo delante de pantallas a excepción de hacer las videollamadas. Según la AAP, se recomienda que limite el tiempo que los niños de entre 2 y 5 años permanecen delante de la pantalla a 1 hora por día. En el caso de los niños mayores, la AAP recomienda crear un plan familiar de consumo digital. Puede hacer su propio plan de consumo digital.
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Elegir alimentos no saludables. Comer demasiada comida chatarra, como gaseosas y papas fritas, puede provocar un aumento excesivo de peso.
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Comer porciones grandes. Servir porciones para adultos a niños puede aportar más calorías de las que necesitan. Aun las comidas saludables en grandes proporciones pueden aportar demasiadas calorías.
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No dormir lo suficiente. Dormir bien previene enfermedades. Entre ellas, se encuentran las siguientes: diabetes tipo 2 y obesidad, lesiones y problemas de atención y comportamiento. Los niños que no duermen las horas suficientes corren el riesgo de tener un aumento excesivo de peso. Quite las pantallas de la habitación de sus hijos y apáguelas al menos 1 hora antes de acostarse. Mantenga una rutina de sueño a diario. Puede ayudar a sus hijos a dormir mejor.
Hacer dieta no es la solución
Los niños en desarrollo necesitan alimentos saludables para tener cuerpos fuertes. No tienen que hacer dieta con restricción de calorías. En su lugar, se los debe alentar a jugar todos los días y a comer alimentos saludables en vez de comida chatarra. Esto les permite crecer con un peso saludable de manera natural. Recuerde que estar en forma no significa estar delgado. Los cuerpos saludables vienen en todas las formas y tamaños. Si le preocupa el peso de su hijo, hable con el proveedor de atención médica de su hijo.
Sea un buen ejemplo
El modelo más importante de su hijo siempre será usted. Por lo tanto, no puede esperar que su hijo cambie los hábitos si usted no da un buen ejemplo. Esto podría implicar cambios en su propia rutina, como mirar menos televisión. ¡Sin embargo, los resultados valdrán la pena! Dar un buen ejemplo no solo ayuda a su hijo. También puede ayudar a que toda la familia se sienta mejor. Involucre a otros adultos en la vida de su hijo. Y nunca se burle del peso de su hijo.
Los cambios pequeños siempre suman
Cambiar los hábitos no es fácil. Pero es mejor si no intenta lograr demasiado de una sola vez. Comience con cosas pequeñas, como comprar frutas en vez de refrigerios. O acompañe a su hijo a caminar o hacer actividad física. Con el tiempo, los pequeños cambios se convertirán en grandes mejoras. Los niños también se pueden adaptar mejor a los cambios si se sienten parte.
Los buenos hábitos duran toda la vida
Dé un buen ejemplo mediante las palabras y las acciones. Jugar a pillarse puede mostrar a su hijo que es divertido estar activo. Un recorrido a la tienda puede servir de lección sobre la elección de frutas y verduras. Enseñar a los niños a elegir una alimentación saludable y hacer actividad física es como enseñarles a cepillarse los dientes. Los hábitos que su hijo adquiera ahora lo acompañarán toda la vida.
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